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lunes, 15 de marzo de 2010

Calles de cómic


Carpanta, Zipi y Zape, Astérix, Obélix, Mortadelo y Filemón, Rúe del Percebe, Capitán Trueno, Pepe Gotera y Otilio...; muchos de los 'héroes' del cómic nacional tienen su calle en la localidad, donde la población tiene "una media de 30 años".
"Cuando hicimos los barrios nuevos hace cinco años se pensó en hacer un homenaje al cómic, a nuestros recuerdos por todo lo que nos habían hecho disfrutar y divertirnos", dice el alcalde José Masa, de IU, uno de los promotores de la idea. "Al principio la gente se sorprendió, pero se han ido habituando, han entendido que es un homenaje", explica.

Pero eso no quita que todos sufran las mofas de amigos y familiares, y la incredulidad del resto, entre ellos taxistas. "Si intentas coger a las cuatro de la mañana un taxi a la calle Anacleto, no lo coges", indica sonriendo Raúl: "Le tienes que decir Javier Marías, que está aquí al lado". "Hay cachondeo en el trabajo y en cualquier sitio", añade Raúl, que vive en la calle Anacleto Agente Secreto, una hilera de respetables chalés adosados de unos 400 metros cuadrados con piscina comunitaria.

Haciendo honor a su nombre, la calle está 'blindada'. Un enorme portón se abre con mando a distancia. "Es por si viene Zipi Zape y nos hace algo", bromea Raúl, que se toma con humor la localización de su domicilio. Otros se consuelan con los de las calles de al lado. "Las hay peores", dice José, el de Carpanta, "como Rompetechos o Jabato. Dentro de lo malo, la mía no es la peor", se defiende.


De Pepe Gotera y Otilio, muy cerca de Anacleto, también de excelentes chalés de 500.000 euros para arriba, sale un obrero, que viene de dar un presupuesto para "el cerramiento de una buhardilla". "Es curioso el nombre, cuando me lo dijeron me recordó a Manos a la Obra, a Benito y Manolo", explica el joven, al que resulta imposible no decir que no se le ocurra hacer una chapuza como Pepe Gotera y Otilio: "No, no, hombre...". "Pues si sabes a la que me han dicho que tengo que ir ahora", dice incrédulo más tarde desde su coche. "A Mortadelo y Filemón", exclama alucinado.

Las calles del cómic no han supuesto ningún problema administrativo, sólo sorpresa. "Hay mucho cachondeo, pero ningún problema", dice María José, de la calle de los 'chapuzas' del cómic. "Cuando fuí a hacerme el carne de identidad, me dijeron que si les estaba tomando el pelo. Me dijeron 'Cómo va a vivir usted en la calle Rue del Percebe'", cuenta Luis. "Pues mi hermana vive en Mortadelo y Filemón", les respondió para su mayor sorpresa. Su chalé, en el número 8, tiene varios azulejos a la entrada con dibujos de la mítica serie gráfica. "Un regalo para mi padre".

"Yo creo que se ha convertido en algo identificativo de Rivas. Conmigo no hay mucho cachondeo porque no soy el 13, pero bueno, el de ese piso se lo toma bien", asegura María José, también de Rué del Percebe, que como la mayoría no supo hasta después de comprar su casa cómo se iba a llamar la calle. No hay nadie en el domicilio, pero en la puerta, el dueño del 13 del Percebe le ha colocado la pleca mítica en rojo y amarillo que salía en la viñeta.

Corre el rumor por el barrio de que uno de los vecinos de Percebe, 'freak' del cómic, trató de comprarle al del 13 su chalé. "Pues yo no soy, a mi me gusta la novela gráfica, que es distinto", zanja uno de los residentes desde la puerta de su domicilio. "Este es un barrio normal de gente trabajadora", explica este vecino, que precisa que como en "todos sitios", de vez en cuando hay trifulcas por el aparcamiento.

Al ser una calle privada, como la mayoría del barrio del cómic, formadas por cooperativas de economía social, hay verjas y postes que se abren para evitar la entrada a personas ajenas, se pagan ellos mismos la luz y la limpieza y no hay vados, lo que provoca piques cuando se aparca enfrente de la casa del vecino. No a todos los vecinos del Percebe les entusiasmó el nombre. "Al principio no me hacía nada de gracia el nombre porque entre eso y que ,e construyeron al lado este edificio de viviendas...", dice uno de los residentes señalando un enorme bloque que rompe la estética de los chalés.


En otras calles cercanas a las del cómic, y que en su mayoría están dedicadas a escritores de éxito, algunos se sienten aliviados. "Yo fuí más listo, supe elegir", presume un vecino que vive en Javier Marías. Pero también los hay con cierta envidia. "Yo vivo en Rosa Montero, pero si tuviera que elegir me quedaba con Zipi Zape, con todo el respeto para la escritora. Es más gracioso", dice Luis, un jubilado que pasea al perro por Zipi Zape, la calle más corta del 'género'.

De elmundo.es

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